TASA DE BASURA EN LAS PALMAS DE GRAN CANARIA PARA 2026
- Juan Pedro Dyangani Ose

- 3 sept
- 5 Min. de lectura

CUÁNTO PAGAREMOS Y CÓMO AHORRAR TRAS 27 AÑOS SIN TASA DOMÉSTICA
Durante casi tres décadas, las viviendas de Las Palmas de Gran Canaria no han pagado una tasa municipal específica por la recogida y tratamiento de residuos. Desde 1998, solo ciertos usos profesionales, como comercios, hostelería o industria, contribuían a este coste. El resto se financiaba con los presupuestos generales, sin vincular el pago a la cantidad de residuos generados ni al compromiso con el reciclaje. Esta situación, aunque suponía un alivio para los bolsillos, también desincentivaba las buenas prácticas y dificultaba el cumplimiento de las metas europeas en materia de reciclaje.
Este cambio responde a las directrices europeas que promueven el principio de “quien contamina paga”, y que obligan a los municipios a cubrir los costes de recogida, transporte y tratamiento de residuos con una tasa específica. La clave estará en cómo se implemente para que no se perciba como un simple impuesto más, sino como un motor para mejorar el sistema y premiar a quienes reciclan.
En otras ciudades españolas, la tasa nunca desapareció, lo que les permitió introducir gradualmente bonificaciones ecológicas y sistemas de medición más justos.
LA NUEVA ORDENANZA Y SUS IMPORTES DE TASA DE BASURA EN LAS PALMAS DE GRAN CANARIA PARA 2026
A partir del 1 de enero de 2026, el Ayuntamiento aplicará la nueva Ordenanza Fiscal Reguladora de la Tasa de Residuos. El importe máximo será de 149,33 € por vivienda, dividido en una cuota básica de 108,45 € y una cuota por generación de 40,88 €. Esta última parte busca introducir un criterio de justicia ambiental: quien más residuos no reciclables genere, más contribuirá. Según el consistorio, este modelo pretende cubrir de forma más equitativa los costes reales del servicio, que incluyen recogida, transporte y tratamiento en planta, así como mejoras en la infraestructura y campañas de concienciación.
BONIFICACIONES E INCENTIVOS
La norma incluye reducciones importantes: un 50 % para familias numerosas, un 75 % para familias numerosas especiales y hasta el 100 % para personas en situación de exclusión social.
Más allá de estos criterios sociales, habrá descuentos adicionales para quienes acrediten el reciclaje de residuos orgánicos, fomentando el uso del 5º contenedor. La idea es implantar un sistema donde la participación activa en el reciclaje se traduzca en un beneficio económico directo, motivando a la ciudadanía a cambiar sus hábitos y a implicarse en la reducción de residuos..
EXPERIENCIAS EN OTROS MUNICIPIOS
En Canarias, Santa Cruz de Tenerife estudia bonificaciones similares, y La Laguna ha iniciado pilotos con sistemas de registro para el depósito de biorresiduos.
En la península, Zaragoza aplica un 10 % de descuento a quienes usan el contenedor marrón de forma habitual; Pamplona concede hasta un 15 % si se cumplen criterios de entrega mínima mensual; y San Sebastián ofrece un 20 % a quienes demuestran un reciclaje correcto mediante chips en cubos o tarjetas de usuario.
En Europa, países como Alemania, Bélgica o Italia llevan años implantando sistemas de pago por generación, en los que se paga en función del peso o volumen de la basura mezclada, premiando de manera efectiva a quienes separan correctamente sus residuos.
EL 5º CONTENEDOR COMO CLAVE
Separar los residuos orgánicos es fundamental para cumplir con el objetivo de la Unión Europea de reciclar el 65 % de los residuos municipales en 2035. Esta fracción supone alrededor del 40 % de la basura doméstica y, si se gestiona de forma adecuada, permite generar compost para la agricultura o biogás para producir energía, reduciendo costes de vertedero y emisiones de gases de efecto invernadero. Vincular bonificaciones en la tasa a su uso ha demostrado ser eficaz: algunos municipios han incrementado en un 30 % la recogida de orgánicos en apenas dos años.
INNOVACIÓN Y CONTROL CON tokenMYs
La tecnología puede ser el gran aliado de este cambio. La nueva herramienta ‘Premios’ que llega a la App tokenMYs a partir de septiembre de 2025, permite registrar cada bolsa compostable mediante un código QR, generando datos auditables y transparentes. Cuando el usuario registra mediante la app y deposita la bolsa en el contenedor de residuos orgánicos, queda constancia de la entrega. Esto asegura que solo quienes realmente reciclan obtengan bonificaciones, al tiempo que los ciudadanos pueden acumular recompensas en forma de MYs, canjeables por experiencias, productos o servicios. Este sistema no solo evita fraudes, sino que también permite al Ayuntamiento disponer de métricas precisas para planificar mejor el servicio y reconocer públicamente a los barrios más comprometidos.
DEL MODELO SUBYACE UNA PREGUNTA: ¿ES JUSTO PAGAR POR VIVIENDA?
Es evidente que, el pago por vivienda es la solución más cómoda para la administración, pero regresiva para la ciudadanía. Al cobrar “por vivienda”, un hogar unipersonal subvenciona de facto a hogares mayores, aunque genere mucha menos basura. Además, esta solución tan plana, opaca los costes reales y desincentiva la separación.
Para una tasa más justa es necesaria una transparencia de costes; menos parte fija y más variable que esté basada en evidencias (uso del 5º contenedor); pilotos per cápita donde la parte variable de la tasa se ajusta al tamaño del hogar y en función del número de personas; auditoría independiente; y tokenMYs (bolsas con QR) o iniciativas similares para bonificar con datos verificables.
UN RETO Y UNA OPORTUNIDAD
Cobrar por la basura nunca es popular y puede generar rechazo si no se perciben mejoras tangibles en el servicio. Sin embargo, este nuevo modelo, si se acompaña de una comunicación clara, de la reinversión de lo recaudado en infraestructuras y educación ambiental, y del uso de herramientas digitales para garantizar la equidad, puede transformar la gestión de residuos en la ciudad.
Las Palmas de Gran Canaria tiene la oportunidad de aprender de los errores y aciertos de otras ciudades.
Si combina una tasa justa con incentivos tecnológicos como tokenMYs, podría convertirse en un referente canario y nacional en gestión de residuos urbanos.
El 2026 no solo marcará el regreso de una tasa olvidada: puede ser el año en que la ciudad dé un paso decidido hacia la economía circular, en la que quien más recicla, menos paga y donde la tecnología se convierta en aliada de la sostenibilidad.
Está claro que la tasa de basura en Las Palmas de Gran Canaria para 2026 será un impacto para todos, y en especial por el hecho de que la sensación que tiene la ciudadanía es que, aunque paguemos esta tasa, la ciudad seguirá con los mismos problemas de basura. ¿Servirá para algo este cambio? ¿Realmente se invertirá el dinero en mejorar el servicio? Crucemos los dedos…

